Si eres una mujer embarazada y además eres primeriza puede que estés preocupada por el peso del bebé. Si tienes la sensación que su peso no es suficiente es posible que te entre la tendencia a comer de forma abusiva para procurar incrementar su peso de forma rápida.
En primer lugar, no hay que preocuparse ya que es durante el último trimestre del embarazo cuando nuestro bebé incrementará su peso antes del parto y puede hacerlo de forma rápida. Puedes ayudarle un poco comiendo alimentos que sean ricos en nutrientes pero es importante que evitemos en lo máximo posible los llamados azúcares refinados y las calorías vacías.
Si durante el embarazo puedes seguir una dieta sana y equilibrada, estarás contribuyendo para reducir el riesgo de la diabetes gestacional y algún que otro problema de salud que puede producirse durante el periodo del embarazo y en el momento del parto. Para tener una ligera idea, una mujer embarazada debe subir aproximadamente medio kilo de peso a la semana, aunque hay variaciones según cada persona por supuesto. La mitad de este peso se destina al bebé que va creciendo semana tras semana.
Controlar lo que comemos y pensar en el bebé
Si bien es cierto que durante el tercer trimestre del embarazo, la mujer necesita alrededor de trescientas calorías al día de más para que el bebé se alimente sano, durante los dos primeros trimestres tan sólo se necesitan 200 de más para asegurarnos de un correcto crecimiento del feto. De este modo, debemos evitar en todo momento comer en exceso pensando en el bebé, ya que puede perjudicarle.
Es recomendable alimentarse de proteínas magras precedentes de la carne magra, pollo o pescado, así como hidratos de carbono y sobre todo vitaminas y minerales que encontramos en las verduras de hoja verde. Se debe evitar en toda costa el abuso de dulces refinados y los alimentos ricos en calorías. La soda, el té azucarado y la limonada tampoco nos irán muy bien durante este periodo.
La práctica de ejercicio también es recomendable para que el incremento de peso debido al bebé, no se traslade a kilos de más en nuestro cuerpo. Las actividades más buenas para esta situación es andar y la natación.
En el caso de que veas que la subida de peso se realiza por debajo de lo considerado habitual, puedes ayudarte con alimentos como las nueces y frutos secos, aguacates, mantequilla de maní orgánica o queso, así como aguacates. La leche descremada en polvo en los purés, lo huevos revueltos y semillas de lino, como los batidos de frutas, también suelen funcionar en estos casos.
Es aconsejable comer entre cinco y seis veces al día en forma de pequeñas comidas con tal de poder mantener un buen nivel de energía. Es importante que tengamos presente que añadir sal a la comida se derivará a sensación de hinchazón y retenciones de líquidos, que no nos gustará durante nuestro embarazo.
También depende la cantidad de peso que debes ganar de muchos factores, por eso debes contar siempre con la opinión de tu médico, así como las revisiones periódicas correspondientes.