Hace unas cuantas décadas era una práctica habitual debido al reducido espacio que muchos de nosotros podíamos encontrar en nuestras casas, una costumbre que poco a poco se ha ido perdiendo, aunque ahora, vuelve a resurgir como una moda que cada día suma más adeptos, pese a que el bebe cuente con habitación y cuna propia en la que descansar.
Según la mayoría de seguidores de la práctica del colecho, acostumbrar al bebe a dormir con sus padres favorece el sentimiento de apego y ayudar a mejorar la experiencia de la lactancia, opinión que también es compartida por especialistas.
Sin embargo muchos padres no son realmente conscientes de los peligros de esta práctica, que de mano de muchos organismos oficiales se recomienda no realizar, dado que advierten que implica riesgos tales como la muerte súbita del bebé por aplastamiento o asfixia, dado que mientras dormimos todos estamos acostumbrados a cambiar de posición de manera completamente inconsciente. Una de las principales causas de muerte de bebés en este tipo de situaciones son despistes tales como el exceso de mantas (las cuales pueden llegar a dificultar la respiración del bebé), o que el bebé encuentre también dificultades para respirar al estar demasiado junto a alguno de sus progenitores.
De la mano de la Asociación Española de Pediatría nos llega la advertencia de que no es recomendable practicarlo en bebes menores de seis meses, y que el mejor ambiente para que un bebe pueda descansar con la máxima seguridad posible es boca arriba, en su propia cuna, y en la habitación de los padres.
El colecho es una práctica que siempre que se practique con responsabilidad puede ser recomendable, sin embargo, son muchos los expertos que mantienen que un bebé debe acostumbrarse a descansar en su propia cama, sin el contacto constante de sus padres.